Pero antes que ella llegue
Pero antes que ella llegue
todo este corazón, la quiere relajada,
tomé su mano, por si rebasa mi calor; la observé,
vi si miraba complacida mi expresión.
Bien lo sé por su mejilla,
aunque no sepa, a veces, si ella
anda sola, consolada en su desdicha
o herida, por sólo pensar, en sus sueños.
Bien lo sé, sólo, única,
de una mirada solitaria.
En su oreja el zarcillo está luminoso
y escribo por eso, y digo:
no olvides en tu sueño que eres amor,
que la felicidad es un hecho, cuando llega,
pero al llegar, toma
un apreciable aroma de rosas.
Vibrando a tu llegado,
prefiero a la mujer,
alegre, dispuesta a ganar su batalla de peldaños,
canción de la mañana, flor del campo, musa de los sueños.
(¿Me percibes, indómito?
¿Me dejo querer como un niño?
No respondes y callada me miras
A través del iris de tus ojos.
Colaboración de Pedro Borrero
Venezuela
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