Nuestro código... “si hoy estuviéramos juntos”
Sigo sonrojándome con tu nombre,
Vos, la verdad que culmina en milagros y mentiras
Algunos lo llamarían locura,
La mejor de mis locuras.
No se acaban mis lágrimas por el frío que recubre las canas de mis ojos,
La dulzura de amantes y soñadores que siguen de la mano,
Que siguen queriéndose aún en la guerra
Aún en épocas de paz…
Desesperación que compartimos,
Tiempos paralelos, vidas compañeras por lazos más fuertes que el cuerpo
Mas fuertes que la voz, que las palabras
Consumimos nuestra fe, hicimos acuerdos...
Con dioses poco conocidos, con los dueños del tiempo
Y fuimos felices, en canciones, en horas, en llamadas
Tan cerca... no hacia falta tocar.
Descubrimos como besarnos de la mejor manera,
Descubrimos amarnos mas allá de nuestros límites
Dos corazones, el mismo palpitar,
No había distancia, burlamos al bufón de la desconfianza.
Te amo en mi serenidad
En mis agobios, en mis segundos,
En mi falta de tu adiós y de respuestas,
No salgo de vos, no sos una fantasía,
Te vivo, te siento de verdad,
Te tengo aquí, no dedico un simple escrito,
Te lo digo al frente del universo de testigo,
Enfrentando el dolor, el vacío que se instala en la tinta… aquella que respiro,
Mal natural de no cerrar los ojos para mirarte
Amar todo tu pasado,
De amar la ternura con la que una vez mencionaste mi nombre
Porque no necesito nada, porque si tuvieras miedo, sueño, dolor, risa, están mis manos…
Juntos hasta el final, o el comienzo…
En el duelo de lo que fue, de lo que nunca será.
Del dolor que te hace feliz.
Poco me cuesta sentir tu respiración en mi cuello…
Poco me cuesta juntar nuestros llantos en gritos de ayuda, de oportunidad
Puedo verte en cada una de estas letras
Por eso sigo sin parar, siempre.
Nunca quise lastimarte, inmortal en mi piel
Y... si puedo seguir viviendo,
Y... si puedo volver a querer, y besar otros labios y acariciar otras manos
Puedo volver a caminar…
A la par con el tiempo, perduro con él
Sin humor o ánimos, sin resurrección,
Sigo a la par con el olvido, contigo y sin ti
Con mi pedido, muerte si dejo de amarte
Sigo escuchando las canciones.
Consumo el cielo y el infierno, sabes donde estoy
Solo me queda un misterio por revelar
Al secreto de mi vida lo puedo descifrar con vos.
Ayúdame a encontrar el camino de las preguntas,
Para respuestas tenemos la muerte
Para silencios tenemos el infinito.
Llamo con mi existencia tan pequeña, tan fuerte con vos...
Llamo al Dios de la luz, aquel que sabe de nosotros
Aquel que espera, llamo al Dios que vibra entre vos y yo
Llamo a ese Dios para reunirme con vos... porque sigo amando
Sigo esperando
Sigo hablando, con ese código de “cuando estemos juntos”
Lo que nunca estuvo separado... no puede juntarse.
Porque sigo amando, sigo esperando.
Colaboración de Natalia C. Alvarez