Ven, acércate despacio
abre tus brazos
y abrázame con fuerza.
Ven, sostenme en silencio
no ves que tengo frío
y mi cuerpo tembloroso
poco a poco languidece.
Ven, bríndame un beso
deja alimentarme de tu miel
que es mi mayor y única necesidad.
Ven, amor y protégeme
de esta enorme soledad
que me devora hasta los huesos
y los carcome despacio con crueldad.
Ven, entra en silencio
y cierra la puerta
deja que se queden fuera
la ansiedad y los temores
que dañan nuestros cuerpos
y nuestras almas lastiman sin piedad.
Ven, no me abandones
no me dejes sola con los días
que transcurren y se clavan
como agujas en mi piel
dejando echo añicos todo mi ser...
Colaboración de Isabel Pinedo
México
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