Soy...
Soy...
Como el campo virgen que suplicante espera
del sol sus suaves rayos, la eterna calidez,
así espera mi alma la luz de tu presencia
para llenar con versos tu nombre de mujer...
Y en la tortura inmensa de siempre esperarte
retorno amargamente a mi lejano ayer
¿Por qué tardaste tanto en llegar con tus caricias?
recién comienza al verte, mi vida a renacer.
Con la locura inmensa de amarte ciegamente
camino por el mundo seguro de andar,
de aquellos desengaños, mentiras y dolores
hoy sólo veo tus ojos...
Y soy feliz de amar...
Colaboración de Juan Ponce Márquez
México
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