Tus alas blancas...
Cabalgabas, y cada vez más,
se apuraba tu paso,
como queriendo recorrer,
una hora en segundos...
Tus alas blancas,
me llevaban directo al cielo,
tenía calor y a la vez
un frío intenso...
Fue como un encuentro,
entre el cielo y el infierno.
Me sentía libre,
tan libre...
que no podía distinguir,
si estabas ahí o estabas ausente.
Había algo parecido al silencio,
un murmullo leve, distante,
con voz conocida, ¡la tuya!
Aún estabas presente y tu mirada,
me hacía entender,
que querías recorrer,
senderos más distantes,
donde la luz de la envidia,
no pudiese llegar a tratar de robar,
esta paz interior,
que los dos hemos logrado alcanzar...
Colaboración de Firualys
Puerto Rico
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