Cuando lleguemos a viejos
Cuando lleguemos a viejos
y nuestras caras ya no sean las mismas,
se entrecorten las palabras
y nos cueste hasta hacer una sonrisa.
Nunca olvides lo vivido,
las tristezas y alegrías
el amor que cada día
alimentas en mi vida.
Las caricias que hacen un susurro al alma mía
y el beso que despierta mis mañanas con mucha dicha.
Cuando lleguemos a viejos
quiero sentirte a mi lado,
y las canas que tengamos
nos iluminen el rostro al despertarnos.
Seremos de esas parejas
que se duermen abrazados,
con la claridad absoluta de vivir lo que anhelamos,
de los hijos de nuestros sueños
y los nietos bellos que nos han dado,
el regalo añorado que sentimos al mirarnos.
Cuando lleguemos a viejos
y nos cueste todo,hasta el llanto
nos duela el cuerpo,las manos
por haber trabajado tanto
nunca olvides amor mío
cuanto amor que hemos dado,
nunca olvides amor mío
cuanto amor nos hemos dado.
Colaboración de Andrea de Caseros
Argentina
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