Infame noche
¡Oh noche!; noche infame que permites en tu seno se refugien los enamorados, y en tu regazo admites se posen dos amantes, como rebelde oposición a la honestidad de dos personas que cruzaron sus destinos tarde y moran bajo tu complicidad en el oscuro mundo de la mentira, en tanto en sus hogares aguarda por ellos su verdad.
¡Oh noche!; noche de luna que sirves de inspiración en el recital de versos de amor, que centellantes afloran en la boca de los clandestinos amantes. La hierba en el verdor a su máxima expresión, el mejor tendido para reposar con placidez desbordante, en un momento en que los afanes y las miradas condenantes del mundo exterior desaparecen, y sólo se hayan un hombre y una mujer sumergidos en la mas profunda muestra de amor, al punto que su corazón cual si fuesen siameses, explota en un profundo y desconocido océano de sensaciones a las que la razón no encuentra explicaciones y termina por aceptar.
¡Oh noche!; noche que muere y en cuyo manto los amantes no hayan refugio, aunque ellos sin despertar de su sueño profundo, ignoran por completo que la verdad ha regresado, y que el Sol imponente del nuevo día no aceptará ningún tipo de mentira.
Colaboración de Pablo César Peña
Colombia
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