Eres maravillosa
Cruzas como el silbido de un pájaro, hacia el aliento impenetrable del
eco de la noche y del deseo. No sé si sea una joya el alma que cargo dentro de
mí. Eres maravillosa como el fuego de la carne de las amantes, así se disfracen
de oropel, de baratija, de mendigas o de traperos. Ya no sé que es ser
joven ni espanto. Me confundo cuando no sé cómo hacerle una propuesta
indecente, a una mujer joven. Desconozco al alma que me habita y no conozco el
modo o la forma de escapármele a mi ángel de la guarda, para que no me
recrimine por dar malos pasos.
Colaboración de Hector Cediel
Colombia
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