Amargo
Allí estaba yo,
inquieto
esperando con ansias su regreso,
ilusionado
con la mesa servida,
llena de comidas exquisitas,
recién salidas
del horno de mi corazón.
Había preparado
para su alma
un manjar de versos
para sus labios
besos dulces que erizan la piel,
y para su cuerpo
un delicado postre de caricias,
pero llegado el momento
esa expresión de su rostro
me lo dijo todo.
No sabía que aquel ingrato amor
por el cual me había dejado,
que la hace volver ahora
con el corazón herido y lastimado
la trastornó hasta el extremo
que ahora solo le gusta:
Lo brusco, lo insípido,
lo artificial, lo simple,
lo crudo, lo frío,
lo insalubre, lo fingido,
lo amargo…
¡Ay mi amor!
¿Qué le han hecho a tu paladar
antes dulce y refinado?
inquieto
esperando con ansias su regreso,
ilusionado
con la mesa servida,
llena de comidas exquisitas,
recién salidas
del horno de mi corazón.
Había preparado
para su alma
un manjar de versos
para sus labios
besos dulces que erizan la piel,
y para su cuerpo
un delicado postre de caricias,
pero llegado el momento
esa expresión de su rostro
me lo dijo todo.
No sabía que aquel ingrato amor
por el cual me había dejado,
que la hace volver ahora
con el corazón herido y lastimado
la trastornó hasta el extremo
que ahora solo le gusta:
Lo brusco, lo insípido,
lo artificial, lo simple,
lo crudo, lo frío,
lo insalubre, lo fingido,
lo amargo…
¡Ay mi amor!
¿Qué le han hecho a tu paladar
antes dulce y refinado?
Colaboración de Raúl Navarro
Nicaragua
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