Amor infinito
Que tus brazos me sostengan cuando la penumbra haga eco en este corazón que la cordura mutila ligero. Que tus manos recorran mis temores y tus labios adormezcan mi sed de caricias.
Llena con tu esencia mi alma, que pasiva o tormentosa, solo existe para atesorar tu mirada. Contenme como tantas veces y por siempre, con el sabor de tus afables y misteriosos besos que hipnotizan a la ternura.
Sosiega tus caricias en mi piel y amansa las mías con el grito de tu pecho que invade magistral cada rincón de mí.
Rescata cada centímetro de miradas vacías, de sueños apagados en poemas y de esta soledad acompañada de destierro para hacer de tu suave debilidad, mi fortaleza sublime y exquisita.
Sostén el aliento y toma mi mano, que con mis ojos cerrados caminaré a tu lado siguiendo solo el aroma de tu ofrenda bendita.
Dejaré guiarme a la madrugada cautiva... recogeré cada flor olvidada en el trayecto y las haré melodía junto a tus gemidos. Me desprenderé de mis miedos, cual vestiduras llegan al suelo por acto de tus manos temperamentales y vivas... mansas y traviesas.
Susurraré en un suspiro agónico tu nombre en el ocaso y tatuaré con el sabor de mis besos el destello de tu arrebato indomable.
Dibújame con vehemencia la silueta de tu pasión en mi piel, más allá del límite de mis sueños, de la ilusión que rejuvenece mi poesía dormida, del asombro suspicaz de la metamorfosis enérgica que dejan las caricias furtivas, impregnadas de todo tu ser... que es todo lo que soy.
Llena con tu esencia mi alma, que pasiva o tormentosa, solo existe para atesorar tu mirada. Contenme como tantas veces y por siempre, con el sabor de tus afables y misteriosos besos que hipnotizan a la ternura.
Sosiega tus caricias en mi piel y amansa las mías con el grito de tu pecho que invade magistral cada rincón de mí.
Rescata cada centímetro de miradas vacías, de sueños apagados en poemas y de esta soledad acompañada de destierro para hacer de tu suave debilidad, mi fortaleza sublime y exquisita.
Sostén el aliento y toma mi mano, que con mis ojos cerrados caminaré a tu lado siguiendo solo el aroma de tu ofrenda bendita.
Dejaré guiarme a la madrugada cautiva... recogeré cada flor olvidada en el trayecto y las haré melodía junto a tus gemidos. Me desprenderé de mis miedos, cual vestiduras llegan al suelo por acto de tus manos temperamentales y vivas... mansas y traviesas.
Susurraré en un suspiro agónico tu nombre en el ocaso y tatuaré con el sabor de mis besos el destello de tu arrebato indomable.
Dibújame con vehemencia la silueta de tu pasión en mi piel, más allá del límite de mis sueños, de la ilusión que rejuvenece mi poesía dormida, del asombro suspicaz de la metamorfosis enérgica que dejan las caricias furtivas, impregnadas de todo tu ser... que es todo lo que soy.
Colaboración de Alondra
Chile
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