No soy parte de este mundo
Mi tedio se columpia una vez más
en las cuerdas de la monotonía,
y el viento empuja a mi razón perdida
muda de palabras para hablar.
No quedan rosas en mi soledad,
ni refulgente luz para mis días
cuando el lamento del alma henchida,
se escapa al darse cuenta que no estás.
No soy parte de este mundo amor mío,
ni me pertenece, ni pertenezco
pues en sus horas yo ya no palpito,
sólo soñándote sabré que existo
y sólo amándote, que aún no he muerto,
y que en cada recuerdo resucito.
Colaboración de Manuel Albarrán Asencio
España
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