Desnudaste tu alma
Se incendió el abismo, y a cenizas se redujo mi muerte en vida. Alcancé un instante, sostuve una mirada, unas palabras bastaron para que mi alma se enterara que a partir del día en que te conocí, sin ti ya no podía estar.
Equilibré mi alma en el hilo que te lleva hacia tus sueños, por encima de tu realidad, para sustituir mi egoísta pensamiento de jamás entregarme a alguien por un sentimiento sagrado, puro, especial y único; a mis metas les encontré el motivo, a mis razones las ilusiones, a mi sentir el sentido.
Puse conciencia en mi vida y por obra de magia de suspiros me llenaste, acaricié la idea de amarte, entregarme y ser feliz, te miré detenidamente, al viento eché mi imaginación a volar y entre hojas de los árboles se dibujó tu rostro, regalándole un te amo.
Entre nubes te escondiste y una estrella te encontré, desnudaste tu alma y arañaste mi inspiración. Escalaste a mi alma y en mi corazón te instalaste, eres dueño y amo de mi vida, de cada latido en el que mi ser reclama, tu presencia a gritos mudos.
Colaboración de Guadalupe Hernández Luna
México
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