No lo sabes
Sabías que el sol
su calor ya no me satisface
que la lluvia no sacia mi sed;
y que la inmensidad del cielo
¡no me llena!
Sabías que ya no pienso en mí,
que lo que bombea mi corazón
no es sangre; y que para sólo
¡existir necesito amor!
Sabías que ya no disfruto el viento
en mi rostro,
que ni las hojas de otoño o el color
del arcoíris me alegran.
Y que mis ojos, incondicionalmente, sólo
¡ven tu reflejo en el horizonte!
Sabías... Que tú provocas todo eso en mí.
su calor ya no me satisface
que la lluvia no sacia mi sed;
y que la inmensidad del cielo
¡no me llena!
Sabías que ya no pienso en mí,
que lo que bombea mi corazón
no es sangre; y que para sólo
¡existir necesito amor!
Sabías que ya no disfruto el viento
en mi rostro,
que ni las hojas de otoño o el color
del arcoíris me alegran.
Y que mis ojos, incondicionalmente, sólo
¡ven tu reflejo en el horizonte!
Sabías... Que tú provocas todo eso en mí.
Colaboración de José A.P.
Chile
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