A mano alzada
Amanece...
Tu lecho ofrenda al alba el despertar de tus cabellos
serpenteantes, voraces,
insumiéndose en la sinuosa argamasa
de montes, valles, furtiva piel de luna menguante,
y tu mirada desnuda
que encandila la mañana.
Entre los faroles que desafían el encuentro
mi pluma abre tus pétalos en un esbozo de luz,
mis labios te sorprenden en escorzo
infiel... Entregada al goce inexpugnable
preñada de sol,
vertiente incansable es el rumor de tu morada profunda
que se escurre entre mis dedos,
cual aroma de narcisos.
Transcurren esos segundos
en que la muerte me invade,
para retornarme a la vida
y con ella a la penumbra
que habita
en el umbral de tus curvas armoniosas
y te separa
del devenir de mi mano esperanzada...
Hasta la próxima mañana...
Tu lecho ofrenda al alba el despertar de tus cabellos
serpenteantes, voraces,
insumiéndose en la sinuosa argamasa
de montes, valles, furtiva piel de luna menguante,
y tu mirada desnuda
que encandila la mañana.
Entre los faroles que desafían el encuentro
mi pluma abre tus pétalos en un esbozo de luz,
mis labios te sorprenden en escorzo
infiel... Entregada al goce inexpugnable
preñada de sol,
vertiente incansable es el rumor de tu morada profunda
que se escurre entre mis dedos,
cual aroma de narcisos.
Transcurren esos segundos
en que la muerte me invade,
para retornarme a la vida
y con ella a la penumbra
que habita
en el umbral de tus curvas armoniosas
y te separa
del devenir de mi mano esperanzada...
Hasta la próxima mañana...
Colaboración de Jazzman
Bolivia
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