A ti Elizabeth
Lentamente pase por tu casa
con la esperanza de poder verte,
pero desde la terraza de tu casa,
en son de una música suave,
tu hermana me dijo dulcemente,
ella partió, volverá por vuestro amor suave.
He partido de tu dulce hogar,
con el corazón y mi alma destrozada,
yo no sé, como has podido marcharte,
sin decir nada de tu retirada,
sólo sé, que nunca dejaré de quererte,
a pesar de lo triste, que he quedado en mi hogar
Las noches, los días serán largos,
a la espera de tu fiel amor,
y tendré que fingir que soy feliz,
sin la ternura de tu amor,
aunque no comprendo como podré ser feliz,
cuando las noches y los días se hacen largos.
No sé, si podré querer a otra hoy en día,
cuando este amor ti crece más y más,
cuando la sonrisa de tus labios,
son como el alba de un nuevo día,
que no lo supieron los sabios,
sólo yo, que te quiero más y más.
No sé, si me estarás extrañando,
como yo te extraño a ti,
quizás estás más feliz,
a talvez estarás triste esperando,
escuchar mi son de voz diciéndote a ti,
te quiero, te quiero sólo a tu lado soy feliz.
No puedo olvidar lo que significaste para mí,
la grandeza de tu amor febril,
lo necesito cada vez más,
necesito que tú regreses a mí,
porque te necesito hoy como en abril,
cuando nos amábamos más.
Ahora que tu estas lejos,
comprendo la gran fuerza de mi amor,
te extraño en cada rincón que ocupo,
pensando en la felicidad, recordando
cuando tú y yo grabamos nuestros
nombres en las dulces hojas de una flor.
Sé, que volverás y para tu regreso
habrá unos brazos abiertos que te esperan,
para abrazarte y estremecerte a ti,
y volar con tus labios de claro frenesí,
no hay más felicidad que dos tórtolas emanan un amor tan profundamente,
como si fuese uno sólo en todo el mundo.
con la esperanza de poder verte,
pero desde la terraza de tu casa,
en son de una música suave,
tu hermana me dijo dulcemente,
ella partió, volverá por vuestro amor suave.
He partido de tu dulce hogar,
con el corazón y mi alma destrozada,
yo no sé, como has podido marcharte,
sin decir nada de tu retirada,
sólo sé, que nunca dejaré de quererte,
a pesar de lo triste, que he quedado en mi hogar
Las noches, los días serán largos,
a la espera de tu fiel amor,
y tendré que fingir que soy feliz,
sin la ternura de tu amor,
aunque no comprendo como podré ser feliz,
cuando las noches y los días se hacen largos.
No sé, si podré querer a otra hoy en día,
cuando este amor ti crece más y más,
cuando la sonrisa de tus labios,
son como el alba de un nuevo día,
que no lo supieron los sabios,
sólo yo, que te quiero más y más.
No sé, si me estarás extrañando,
como yo te extraño a ti,
quizás estás más feliz,
a talvez estarás triste esperando,
escuchar mi son de voz diciéndote a ti,
te quiero, te quiero sólo a tu lado soy feliz.
No puedo olvidar lo que significaste para mí,
la grandeza de tu amor febril,
lo necesito cada vez más,
necesito que tú regreses a mí,
porque te necesito hoy como en abril,
cuando nos amábamos más.
Ahora que tu estas lejos,
comprendo la gran fuerza de mi amor,
te extraño en cada rincón que ocupo,
pensando en la felicidad, recordando
cuando tú y yo grabamos nuestros
nombres en las dulces hojas de una flor.
Sé, que volverás y para tu regreso
habrá unos brazos abiertos que te esperan,
para abrazarte y estremecerte a ti,
y volar con tus labios de claro frenesí,
no hay más felicidad que dos tórtolas emanan un amor tan profundamente,
como si fuese uno sólo en todo el mundo.
Colaboración de Abato
Perú
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