Por celos
Por los celos
me muevo.
Por los celos soy tentado.
Por los celos
finjo. Escribo esto.
Por los celos.
Por ellos me impresiono.
Me estimulo.
Con ellos veo la salida.
Por los celos me muevo y me corto.
Por los celos me quedo y me guardo.
Sin los celos me pierdo. Sin ellos no veo la verdad. Porque no existo sin los
celos. Si fuera sin ellos sería la verdad.
Por los celos me escondo y exagero.
Por los celos no he nacido a la verdad, a la vida. Por ellos no he nacido de la
vida. Por los celos no me ven. No me veo. Y miro por el ojo de la cerradura.
Queriendo no ser visto. Pero como me veo en los celos todo el mundo ve que me
escondo de ellos. De los celos. Del mundo.
Ellos son mi prisión: los celos. Y mi liberación fingida. ¿Quién soy si no los
tengo?. Mientras esté con ellos soy prisionero. Soy cobarde. Sin embargo, no sé
qué sería si no los tengo, porque los tengo. Los celos. Por celos. Ellos... A
ellos.
Por los celos te veo, a través de la cerradura. Desnuda. Como quiero verte: con
celos. Como quiero verte con celos. Aunque no los tengas tú. Yo los tengo.
Por los celos me pego. Me quedo pegado. Pegado al pasado. Pegado a ti, igual
que a ellos estoy pegado. A los celos.
Por los celos los veo. Fuera de mí. Y a ti con ellos. Por ellos me contagio de
celos. Y ya no sé si son mis celos o los tuyos ¿Y qué más da... si son
celos?.
Colaboración de Carlos
España
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